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Free Town Project, el experimento ancap

Esta es la historia de como un grupo de anarco-capitalistas quisieron poner en práctica sus ideas y un grupo de osos sobreestimulados destruyó su sueño.

En 2004 unos 200 de los autodenominados libertarians, decidieron establecerse en Grafton, New Hampshire. Este grupo de hombres blancos eran el tipo de gente que piensa que una buena fiesta infantil incluye quemar banderas de las Naciones Unidas.

El pueblo que hasta entonces contaba con unos 1000 habitantes no recibió demasiado bien a los recién llegados, pero aún así consiguieron reducir el presupuesto municipal un 30% a base de reducir el departamento de policía a una sola persona o recortar en servicios como la recogida de basuras.

Las consecuencias no se hicieron esperar; el pueblo se llenó delincuentes sexuales y el crimen en general se incrementó, llegando a tener el primer asesinato de la historia de Grafton.

Y luego empezaron a aparecer los osos, los osos negros que son comunes en Norteamérica no suelen ser agresivos y suelen huir de los humanos. Pero en este caso los habitantes de la Free Town ya habían dejado de seguir una norma básica de cualquier lugar con osos, no dejar comida a su alcance.

Algunos habitantes de Grafton alimentaban de forma voluntaria a los osos, otros simplemente se negaban a comprar almacenamiento a prueba de osos. Y de esta forma los osos aprendieron que cualquier casa era una despensa de comida en potencia y empezaron a asaltar el pueblo en busca del botín llegando a atacar a varias personas que por suerte salvaron el pellejo.

Finalmente, el proyecto Free Town cayó en el olvido y la mayoría se marchó del lugar.

Cabe resaltar que pese a lo que pueda parecer, este grupo de anarco-capitalistas no es el prototipo Nazi que estamos pensando. Hongoltz-Hetling lo explica así:

«La mayoría de los libertarios que conocí eran personas decentes y amables con el prójimo. Pero en abstracto, cuando están en una reunión municipal, votarán para perjudicar a ese vecino, por ejemplo, eliminando el servicio de limpieza de rutas. Lo que he notado es una extraña desconexión entre sus personalidades o sus interacciones cotidianas y las implicaciones más amplias de su filosofía y su movimiento político.»

Este autor no se atreve a llamar fanáticos a estos individuos pero obviamente la disonancia cognitiva a la que se enfrentan diariamente solo está al alcance de fanáticos o enfermos mentales.

Para terminar, me gustaría recordar que el ser humano ha vivido en diversas formas de organización: tribus, autoridades centralizadas, feudalismos, democracias representativas, comunas y autoorganización en democracia directa. Lo que nunca ha vivido es bajo la premisa del haga usted lo que quiera.

Dicho de otra forma, el capitalismo sin Estado no es más que la ley de la jungla y la comunidad queda a merced de las fuerzas de la naturaleza. El ser humano solo sobrevive en sociedad, en una sociedad organizada.

Foto de Clicker Babu en Unsplash


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Carlos Sanmartín Bustos

Desarrollador de software embebido comprometido con el software libre. Progresista y antiautoritario.

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